Descripción

En el contexto de nueva evangelización, la catequesis y la formación de los agentes para la catequesis, en su diversidad de ministerios y carismas, debe plantearse necesariamente desde la relación de la catequesis con las acciones que la preceden (etapa de acción misionera) y con las acciones que son su consecuencia (etapa de acción pastoral). Tanto más si se comprende que en este contexto la renovación de la catequesis es consecuencia del anuncio misionero eficaz y del protagonismo y acompañamiento de la comunidad eclesial[1].

Para el Directorio General para la catequesis, La coordinación de la catequesis es una tarea importante en una Iglesia particular. En esa coordinación considera dos vertientes: una interior a la catequesis misma, entre las diversas formas de catequesis dirigidas a las diferentes edades y ambientes sociales; y otra referida a la vinculación de la catequesis con otras formas del ministerio de la Palabra y con otras acciones evangelizadoras. Subraya además, que la coordinación de la catequesis no es un asunto meramente estratégico, en orden a una mayor eficacia de la acción evangelizadora, sino que tiene una dimensión teológica de fondo. Pues la acción evangelizadora debe estar bien coordinada porque toda ella apunta a la unidad de la fe que sostiene todas las acciones de la Iglesia.[2]

Dada la importancia de esta coordinación y comprensión de la catequesis al interior del proceso global de evangelización, el área de catequesis del CFNE debe formar a todos los agentes eclesiales en la naturaleza, finalidad y tareas de la catequesis, pero también en las mutuas y necesarias relaciones de la iniciación cristiana y la catequesis con las demás etapas y acciones del proceso evangelizador. Ello de cara a superar el aislamiento de la catequesis y la poca coordinación y articulación de ella con las otras acciones eclesiales, especialmente con el primer anuncio y acogida del evangelio que le precede. De hecho, como lo muestra el Directorio General para la catequesis y la práctica y estudios recientes, la relación entre primer anuncio y conversión de base con la iniciación cristiana y catequesis, es hoy día punto de quiebre de la gran mayoría de los problemas contemporáneos de la pedagogía de la fe.[3]

De ello es consciente la Iglesia en su magisterio cuando afirma en el Directorio General para la Catequesis: “Hoy la catequesis debe ser vista, ante todo, como la consecuencia de un anuncio misionero eficaz. La referencia del decreto Ad Gentes, que sitúa al catecumenado en el contexto de la acción misionera de la Iglesia, es un criterio de referencia muy válido para toda la catequesis”.[4] Por ello el área de catequesis del CFNE, aunque esté orientada de forma específica a la formación de agentes para catequesis en el momento de la iniciación cristiana, dada la necesidad de articulación de la iniciación cristiana y de su pedagogía con las etapas del proceso de evangelización, ofrece formación y acompaña a comunidades diocesanas o parroquiales, para que en su conjunto asuman la pastoral de iniciación cristiana como un asunto prioritario en su vida comunitaria y misionera, hagan suyo el modelo catecumenal de la catequesis contemporánea y sean origen, lugar y meta de la catequesis. Igualmente, para que permita a las comunidades cristianas y demás agentes de evangelización superar la fragmentación y la desarticulación de acciones, cuya coordinación es necesaria ante todo por razones teológicas y no solo prácticas de eficacia, en las actuales sociedades complejas, urbanas y plurales.

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[1] DGC 276-277.

[2] DGC 262.

[3] Xavier Morlans. (2009). El primer anuncio. El eslabón perdido. Madrid: PPC.

[4] DGC 277.